Don Manuel Rodríguez Fragio |
Las historias parcialmente extractadas y en las que además se resaltan aspectos poco trascendentes y no suficientemente avalados, suelen no reflejar el verdadero mérito del biografiado. Este es el caso de Rodríguez Fragio. Personalmente pensamos estar frente a un personaje emprendedor, creativo, visionario y trascendente, por cierto merecedor del análisis biográfico que intentaremos.
DE GALICIA A BUENOS AIRES
La inmigración gallega a nuestro territorio aportó numerosos y valiosos nombres. Uno de ellos es Rodríguez Fragio. Nace en Santiago de Compostela el 20 de setiembre de 1821. Es bautizado días después en la Iglesia de San Miguel dos Agrus (San Miguel de los Campos), situada a pocas cuadras de la Catedral de Santiago. En dicha parroquia el periodista Camerucci a verificado la fecha citada y ser hijo de Manuel Rodríguez de ocupación comerciante y de doña Josefa Fragio. Serán padrinos de bautismo sus abuelos paternos y maternos y el nombre elegido Manuel Eustaquio Rodríguez Fragio. El nombre Eustaquio se atribuye por ser el santo que conmemora la Iglesia el día del nacimiento. Su niñez transcurre placenteramente recibiendo aparentemente una prolija educación. Esto será determinante, sumado a la incansable laboriosidad, en su posterior progreso en América. Pero la muerte prematura de sus padres le priva de su protección. Puesto en tutela con un curador no resulta de su agrado el trato recibido.
Con solo catorce años toma la decisión de emigrar hacia América. Se embarca rumbo al Río de la Plata aparentemente en condición de polizón, hecho bastante habitual en la época. Su personalidad servicial y colaboradora gana la simpatía de la oficialidad y personal del barco (Camerucci, obra cit.)
LA LLEGADA DEL INMIGRANTE
Una situación política agitada esperaba al juvenil gallego recién llegado a Buenos Aires. La documentación más veraz de arribo data del año 1835. Otras fechas se han publicado sin fundamento alguno. Rosas había asumido por segunda vez la gobernación de Buenos Aires y la representación del país federal a través de la suma del poder público. Esto no implicaba en sí mismo la pacificación del territorio sacudido ese mismo año por el asesinato de Facundo Quiroga en Barranca. La diplomacia rosista oscilaba entre una inamistosa actitud con los españoles y franceses y enojosa y bamboleante frente a los ingleses. Con los portugueses la posición era más neutral. Quizás ese sea el motivo que nuestro inmigrante astutamente analiza para disimular su ascendencia española. Así, hace desaparecer de su documento el segundo nombre de Eustaquio y el apellido materno Fragio indisimulable rasgo de hispanidad.
Pasará a ser para la ley y su historia personal Manuel Rodríguez con documento lusitano. Todos sus papeles y los que hemos tenido a la vista lo corroboran al ser firmados simplemente: Manuel Rodríguez.
ACTIVIDADES EN BUENOS AIRES Y MERLO
Solo conocemos sumariamente las actividades desarrolladas en Buenos Aires y posteriormente en el vecino Merlo para alcanzar la próspera situación económica que llegó a disfrutar. Algo sí debemos consignar de su personalidad que arrime para explicar cómo inmigrantes, sin ningún capital ni respaldo financiero pueden llegar a envidiables situaciones económicas. Era un hombre visionario, talentoso, ilustrado lo que para la época era prácticamente una distinción y con la tenacidad y laboriosidad de la mayoría de los inmigrantes del viejo mundo. Sus conocimientos le permiten desarrollarse como hombre de leyes. No disponemos de más datos hasta llegar a su actividad de inversor en tierras con visión de apostar al sitio que pueda ser rentable. Veremos más adelante alguna de las adquisiciones que Manuel Rodríguez realiza en Buenos Aires y el oeste.
SU FAMILIA
Extractamos del Libro de Matrimonios de la Parroquia de Nuestra Señora de la Merced-Merlo-Diócesis de Morón. “…En doce del mes de enero de 1868, habiendo practicado las diligencias que sobre el matrimonio que libremente intentan contraer Don Manuel Rodríguez hijo de (natural de Galicia, soltero) (…) con Doña Angela Gutierrez natural de Buenos Aires, soltera de 47 años, hija de (…) etc. No habiendo impedimento canónico alguno de los despose (…) En Merlo – 12 de enero de 1868”.
O sea que Manuel Rodríguez se casó de grande (47 años) con todos sus hijos ya nacidos, pero no en artículo mortis como figura en alguna biografía pues vivió 30 años más con posterioridad a su matrimonio.
Siete hijos tuvo la pareja: Sixta, Manuel, Angela, Felipe, Alejandro, Eduardo y Fermina. Algunos siguieron viviendo en Merlo. La señora Amalia Rodríguez de Morán, nieta del fundador suministró al periodista Camerucci valiosos datos y asistió a la inauguración del busto del fundador en la plaza 20 de Febrero de Ituzaingó en el año 1961.
No tenemos noticia precisa de la fecha de su radicación en Merlo que suponemos en la década del 50”. Adquiere tierras en cercanías de la iglesia que era el pequeño centro poblado. Una de las propiedades es una estancia de la calle San José 395 (hoy Garibaldi), una casa amplia y cómoda posteriormente vendida al distinguido médico Dr. Boero domiciliado en Capital Federal vivirá con su familia en dicha casa alrededor de veinte años; siempre integrado a la comunidad civil y religiosa de su pueblo como veremos más adelante.
Los últimos años de su vida por razones de salud propia y de su hijo Felipe transcurrieron en Capital Federal con posterioridad a su radicación en Merlo realizara importantes compras de tierras en los actuales Ituzaingó y San Antonio de Padua.
Prosiguiendo con esta biografía –iniciada en la pasada edición semanal- donde hicimos referencia a sus orígenes, a su llegada al país, a las actividades realizadas en la región y a su familia, continuamos con la vinculación entre el pueblo de Ituzaingó y Don Manuel Rodríguez Fragio.
Con respecto a la adquisición de tierras en el futuro Ituzaingó por parte de nuestro biografiado nos referiremos solamente a las que tenemos documentadas y darán origen al plano fundacional. Sabemos que todas las tierras compradas pertenecieron a la sucesión de Francisco Ponce de León y en particular interesan las que Rodríguez adquiere al sucesor Viviano Ponce.
Respecto a las tierras de Ponce de León conviene aclarar que la mayoría pertenecieron a tierras reclamadas o disputadas con títulos inexistentes.
Igualmente es poco conocido que Don Francisco Merlo era propietario a mediados del siglo XVIII de tierras situadas hasta 6 mil hectáreas al norte del Río de las Conchas lo que lo ubica en zonas del actual Ituzaingó. Igual ubicación territorial ocurre con propietarios fundadores del pueblo de Villa San Antonio del Camino o sea del actual Merlo en 1755, entre ellos se mencionan a las familias Torrilles, Albarado, Julian González, Miranda y José Antonio Rodríguez Flores, cuyos sucesores figuran en planos 60 y 70 años posteriores a la fecha citada y dentro del actual Ituzaingó. Valgan estas y otras posibles citas para establecer que todas estas tierras tenían propietarios desde antes de las fechas citadas aunque muchos con títulos objetables.
Rodríguez Fragio debió necesariamente comprar las tierras que ya tenían dueño. Si hay constancia que los precios pagados no se correspondían con los precios reales. Su carácter de visionario le llevo a comprar muy barato y vender a buen precio como lucido comerciante que resulto ser. Al respecto nos remitiremos a la adquisición y venta de las tierras que conforman el actual centro de Ituzaingó.
En el año 1853 adquiere a Viviano Ponce sucesor de Ponce de León la fracción de aproximadamente 6 mil metros cuadrados delimitadas por las actuales calles Santa Rosa y Blas Parera por el este, Ratti ySantiago Firpo por el oeste y Alvear por el norte, conformando un triángulo que posteriormente abarcará unas 60 manzanas, 2 plazas, un extenso espacio en el extremo sur para Asilo de Huérfanos, una manzana al norte para edificios públicos y las tierras para la futura estación del ferrocarril.
De acuerdo al testimonio protocolar investigado por Juan León Guercio la propiedad llegó a poder de Manuel Rodríguez de la siguiente manera:
PRIMER DOCUMENTO
En el año 1853 ante el Juez de Paz de Morón, Don Viviano Ponce como legítimo heredero de su padre Francisco Ponce de León vende a Manuel Rodríguez 60 cuadras cuadradas en el actual Ituzaingó. Aparentemente la operación fue concretada sin pago alguno en el momento del acuerdo al próximo documento.
SEGUNDO DOCUMENTO
Es de fecha 21 de marzo de 1861 y está firmado en la ciudad de Buenos Aires ante el escribano público y testigos. Consta de tres cláusulas. En la primera Viviano Ponce vecino de Morón y Manuel Rodríguez vecino de Merlo ratifican y protocolizan el convenio acordado en el año 1853 por la venta de sesenta cuadras. En la segunda cláusula dice: “En atención a los muy crecidos gastos y las diligencias practicadas por Don Manuel Rodríguez hasta dejar esclarecida y reconocida la propiedad por herederos de Francisco Ponce de León, don Viviano Ponce declara: cede y transfiere a don Manuel Rodríguez y de quien su derecho y causa hubiere, toda la parte que como heredero le corresponde siendo entendido que Rodríguez abonará con dinero propio los demás gastos sobre los ya hechos y los que lleguen a ocasionarse hasta entregar medidas y zanjonadas las 16 cuadras cuadradas que Ponce hace reserva para sí. La última parte del contrato se refiere a la ubicación de las cuadras que se reserva Ponce para si que deberán ser fijadas en un solo lote que Rodríguez fijara de acuerdo a sus mensuras. El contrato es firmado por Manuel Rodríguez no haciéndolo Ponce “por no saber hacerlo” y firman testigos en su lugar.
Varias conclusiones se deducen de los documentos mencionados. Primero, que Manuel Rodríguez era persona muy entendida en leyes, instruida y con visión comercial. La fecha del primer documento, 1853, es anterior al ferrocarril por lo tanto el valor de las tierras era muy bajo. El contrato ratificante de 1861 es posterior al tendido del FCO que desde 1857 llegaba a Morón y en 1859 a Merlo y Moreno o sea que pasaba por las tierras compradas por Rodríguez, lo que daba un valor muy distinto a la propiedad.
EL EMPRENDIMIENTO FUNDACIONAL
¿Cuál sería la resultante de la iniciativa de Manuel Rodríguez al subdividir las tierras?
Adquirirlas y dar origen al primer plano: visión comercial o el deseo de fundar un puesto? Pero estudiamos como se arriba a ese excelente plano fundacional. Desde hacía varios años Manuel Rodríguez mantenía estrecha relación con dos profesionales de la ingeniería de prestigioso nivel: don Juan Dillon y Pedro Benoit. El primero de ellos inversionista y político llegará a intendente del recién creado partido de Merlo y senador provincial. Trae a dicho partido a Benoit contratado para realizar el primer trazado urbano del nuevo partido. El excelente trabajo hecho por Benoit en Merlo, entusiasma a Manuel Rodríguez que lo contrata para subdividir y efectuar el diseño urbano para el pueblo de Santa Rosa en sus tierras. Ituzaingó resultará afortunado en ese sentido. Ya hemos publicado en otros artículos las virtudes del trazado de Benoit.
Dos plazas céntricas una de ellas de manzana y media de extensión, calles anchas que posteriormente lograrán tránsito rápido, manzana para edificios públicos, numerosas plazoletas y una importante extensión donada para asilo de huérfanos y otra para la futura estación del ferrocarril.
Pedro Benoit |
Benoit arquitecto e ingeniero formado en Francia estaba contratado por Bartolomé Mitre y los unía seguramente sus acentuadas formaciones masónicas. Posteriormente concretará el brillante plano fundacional de la ciudad de Dardo Rocha en La Plata. También fue Director Ejecutivo de Obras de los Edificios Públicos de La Plata, siendo asesor y mano derecha de Dardo Rocha.
Por eso resaltamos el honor que significa para Ituzaingó haber contado con ese profesional como asesor y diseñador del plano primero (se podría llamar fundacional) con que Manuel Rodríguez pretende fundar al pueblo de Santa Rosa. Y decimos pretende porque si bien el plano es aprobado no se reconoce oficialmente la fundación del nuevo pueblo. El plano es presentado al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Mariano Acosta, el 12 de octubre de 1872. Debemos una aclaración: el plano es similar al graficado en la nota anterior, pero con una diferencia en el texto que es importante. El título del plano de 1872 reza: “Pueblo de Santa Rosa en los terrenos del señor Manuel Rodríguez-Morón”. En dicho plano ya figura la donación de tierras para la futura estación del ferrocarril pero se ignoraba ucando sería inaugurada y con qué nombre. El plano publicado en el artículo data de enero de 1874 (por lo tanto no es el plano fundacional) y es titulado “Pueblo de Santa Rosa en la estación de Ituzaingó aprobado previo informe del Departamento Topográfico por el Superior Gobierno en 24 de octubre de 1872”. O sea que en este figura la estación con nombre y habilitada y además se subdividen las manzanas al norte de la reserva para edificios públicos llegando hasta la actual alle Alvear. Este plano fue confeccionado para el remate por la firma Bullrich y Cía. El error en las orientaciones de las estaciones Morón y Merlo es atribuible a la copia y no figura en el original de Benoit.
TRES DOCUMENTOS FUNDACIONALES
Transcribimos las tres notas que se intercambian en el emprendimiento de Manuel Rodríguez: Buenos Aires, octubre 11 de 1872.
Eximo Señor:
D. Manuel Rodríguez, de este vecindario, ante V.E. con el debido respeto, expongo que en un escrito anterior tuve el honor de ofrecer en donación al Asilo de Huérfanos, una extensión de terreno en el Pueblo que pensaba formar en el promedio de las estaciones de Merlo y Morón y que V.E. tuvo a bien aceptar, manifesté ya a V.E. como acabo de decirlo, que me proponía fundar un pueblo en los terrenos de mi propiedad en los cuales la dirección del ferrocarril del Oeste me ha concedido el establecimiento de una nueva estación. En el plano que acompaño, V.E. marcada con tinta carmín la manzana que dono para edificios públicos con frente a la plaza proyectada. He donado además al ferrocarril del Oeste el terreno, con visto carmín, dentro del que está pintada la estación.
Las calles del pueblo son de 20 varas de ancho y de 30 varas dos calles adyacentes a uno y otro lado de la vía férrea. Las manzanas son ochavas, formando en cada esquina una plazuela y sus dimensiones son de 100 varas por 140.
Deseando proceder a la venta de solares, he creído oportuno ocurrir a V.E. solicitando se sirva prestar su Superior aprobación a la traza del nuevo pueblo “Santa Rosa”, que presento. La conveniencia de esta fundación se presenta de suyo; ella irá a formar un nuevo centro de población, a llevar la animación, a aquella localidad, á facilitar al vecindario la satisfacción de sus necesidades; á ofrecerles una Escuela, un Templo, etc.
Suplico por tanto a V.E. se digne prestar la aprobación que solicito á la traza del pueblo proyectado. Es justicia, etc. Manuel Rodríguez.
INFORME DEL DEPARTAMENTO TOPOGRAFICO.
Exmo. Señor:
El Departamento Topográfico no vé inconveniente para que V.E. preste su aprobación al proyecto de traza para el Pueblo de Santa Rosa, que trata de fundar Don Manuel Rodríguez, en terrenos de su propiedad entre Morón y Merlo. Las dimensiones y forma de las manzanas es conveniente, así también la división interior de ellas.
Las calles también tienen un ancho que, sin ser exagerado, llena la condición de una fácil vialidad y se presta a una buena conservación. Es cuando al respeto puede informar a V.E. esta oficina.
Buenos Aires, octubre 5 de 1872
Saturnino Salas – German Kuhr – Jaime Arrufó
APROBACION DE LA TRAZA DEL PUEBLO POR LA GOBERNACION DE LA PROVINCIA
Octubre 24 de 1872
Visto el presente informe, apruébase el proyecto de traza para el Pueblo de “Santa Rosa”, que trata de fundar Don Manuel Rodríguez, en terrenos de su propiedad, entre los partidos de Morón y Merlo. Comuníquese esta resolución a la Municipalidad de Morón para que se reciba, bajo la correspondiente escritura pública, de los terrenos que dona a dicho Partido el mencionado señor Rodríguez, y que se señalan con cinta carmín en el plano acompañado, destinados a edificios públicos; al Sr. Presidente del Directorio del Ferrocarril del Oeste, por lo que respecta a la donación que también se hace del terreno dedicado a estación del mismo Ferrocarril; comuníquese igualmente al Departamento Topográfico esta resolución, hágase saber al interesado por Secretaría y publíquese:
Acosta - Federico Pinedo
EL DESTINO DE LAS TIERRAS URBANIZADAS
En octubre de 1872 contamos con un loteo de sesenta manzanas aproximadamente, un trazado urbano y un tren que pasa sin detenerse. No parecía el panorama más propicio para la venta de tierras. En diciembre del mismo año el Ferrocarril del Oeste termina la construcción de la estación, que con el mismo nombre de Ituzaingó es inaugurada en enero de 1873.
Pero el tren de pasajeros con destino a Merlo, Moreno y Luján sigue sin detenerse. O sea una estación inaugurada pero no habilitada al servicio. Como nota de color mencionamos que la estación fue construida en las tierras donadas por Manuel Rodríguez bajo palabra pues el título traslativo de dominio fue firmado a mediados de año 1873. Por esa época se deben haber iniciado las tratativas entre Manuel Rodríguez y un grupo inversor para la adquisición de sus tierras. Curiosamente el citado grupo estaba compuesto por Nicolás Avellaneda, ex ministro de Educación y Justicia de Sarmiento y futuro presidente de la República, un financista, el señor Teodoro Mora, y el doctor Palemon Huergo, presidente del directorio del FCO y cuñado de Avellaneda. La venta de Rodríguez al grupo es concretada en escritura del 2 de enero de 1874 en el precio de 1.050.000 pesos de moneda corriente. Son en total 67 manzanas lo que da un valor de 15 mil pesos cada una de ellas (Guercio Juan obra cit.). Recordamos que Rodríguez había pagado esas tierras aproximadamente 60 mil pesos en su totalidad.
Dos días después de la escrituración, se anuncia con amplia publicidad la habilitación de la parada en Ituzaingó de los trenes con destino al oeste que partiendo de Once ya tenían puntas de rieles en Chivilcoy. Con ello la valoración de las tierras se produce en forma explosiva. Lo traduce el hecho que los anuncios de remate de esa fecha y posteriores centran la publicidad en el servicio de los trenes de pasajeros en la estación Ituzaingó y la altura del paraje, 25 metros sobre el nivel del mar, que lo destacaba de sus vecinos poblados. ¿Qué el tren no se detuviera hasta la fecha citada es casualidad o causalidad? La investigación efectuada por Juan Guercio no pudo lograr explicación que en todo ese año los trenes pasaron sin detenerse por la ya inaugurada estación Ituzaingó. En el archivo y Museo Ferroviario no se halló ninguna explicación del hecho.
EL DESTINO DE LAS TIERRAS Y EL PUEBLO
Con posterioridad a la escritura de venta mencionada (Rodríguez – Huergo – Avellaneda – Mora) se hubo de medir, deslindar y amojonar toda la tierra, tareas que por orden judicial fueron encargadas al reconocido agrimensor don Juan Dillon (h) a la sazón ingeniero municipal de Morón (Juan Guercio obra cit.). El informe de la mensura así como el respectivo plano lo eleva en mayo de 1874. El nuevo plano es aprobado por el Departamento topográfico a nombre de los tres citados compradores. La carpeta es caratulada “Pueblo de Santa Rosa”. De ahí en más se incorpora documentación hasta quedar dividido el nombre en papeles, usos y costumbres. En el archivo de la Dirección de Geodesia de La Plata figura una nota agregada a un expediente de mensura donde se le transcribe al Presidente del Departamento de Ingenieros para su conocimiento la siguiente resolución firmada por el gobernador Julio A. Cosa y el secretario Pastor Lacasa, “Dejar sin efecto la concesión hecha a don Manuel Rodríguez el 24 de octubre de 1872 para fundar un pueblo denominado “Santa Rosa” de Ituzaingó en los terrenos actualmente propiedad de Mora, Huergo, Cotelezzi y Carmen N. de Avellaneda (viuda de Nicolás Avellaneda) bajo las siguientes condiciones: Que los interesados respeten las donaciones que hicieron a favor del Estado con destino a edificios y usos públicos, como así mismo los terrenos reservados para plazas y calles que circundan los terrenos enajenados a otros propietarios y aquellos que dan fácil acceso a la estación Ituzaingó del Ferrocarril Oeste. Comuníquese a la Municipalidad de Morón, Departamento de Ingenieros notifíquese a los interesados, etc”. A partir del documento publicado por Guercio, obra citada 1974 se concluyó que el de Santa Rosa pasó a ser un ex pueblo también en forma oficial y o solo en las costumbres.
ALGUNOS DATOS SOBRE EL PRIMER REMATE Y SU PUBLICIDAD
Transcribiremos textualmente del “Informe sobre el centenario de la “Estación de Ituzaingó” publicado por la Comisión Honoraria de Estudios Históricos de Morón, con autoría de Juan Luis Guercio – 1974.
Por ser de importancia para este estudio, insertase a continuación en orden cronológico las publicaciones de uno de los dos principales diarios capitalinos “La Prensa” y “La Nación” que durante los días 1 al 17 de enero de 1874 publicaron noticias del Ferrocarril del Oeste así como los anuncios de los avisos comerciales del caso.
El 1 de enero de 1874, “La Prensa” –que por entonces no aparecía todos los días, publica en primer término, en su primera página y ocupando algunas columnas un “Resumen histórico de fin de año”. Es decir todo lo ocurrido durante el año 1873, y bajo el subtítulo “Progresos – Materiales”, inserta de la memoria del Ferrocarril del Oeste, lo siguiente: “TERMINO LA DOBLE VIA ENTRE BUENOS AIRES Y MORENO”.
En la página tres de ese mismo día aparece el anuncio “El remate de los remates” por Adolfo Bullrich y Cía. A todo lo ancho de la página y ocupando casi una tercera parte de la misma, destacándose por ejemplo: “Sobre la nueva estación de Ituzaingó”, “El remate se efectuará el domingo 4 de enero de 1874, día en que se inaugurará oficialmente la misma y desde las 12 horas pararán todos los trenes que pasan por dicha estación”, por ser de interés histórico de lo que continúa ahí, transcribimos: “Además, desde el 1 de enero habrá boletos de ida y vuelta para todas las estaciones sin excepción, ventaja que no ofrece ningún otro ferrocarril”. Esto hace creer que el Ferrocarril del Oeste fue el primero que brindó al usuario dicha ventaja. Y en la siguiente página 4, Bullrich y Cía, en otra columna dan los más amplios detalles de tal subasta, incluyéndose en “Observaciones” y esto es destacable: “La estación Ituzaingó debió haber sido abierta hace un año”: habiéndose suspendido su inauguración por causas que acaban de ser definitivamente allanadas”. Todo lo además allí expresado, parecería de una dialéctica de carácter comercial del mismo ferrocarril: No debemos olvidar que don Palemón Huergo era uno de los dos dueños de las tierras ofrecidas en venta… Esto no es dudoso, lo hemos aseverado antes basándonos en documentos investigados, cuyas fotocopias de los mismos posee la Comisión Honoraria de Estudios Históricos de Morón, en su ya nutrido archivo.
También el 1 de enero de 1874 en otra columna de la misma página 4 encontramos otro anuncio, del martillero Francisco F. de la Serna para sacar la venta de “200 lotes… que quedan a 200 varas de la estación, a realizar el domingo 4 de enero a las 11 en punto”… también con tren gratis de ida y vuelta. Era propietario de esa tierra el poderoso hacendado don Agustín Silveyra a la sazón dueño del establecimiento La Manuela, saladero y grasería, que contaba con parada del Ferrocarril del Oeste para carga y descarga que, como se verá más adelante, la quiso transformar para uso de pasajeros a fin de enajenar más lotes en ese paraje vecino a la nueva estación; era pues atracción del momento. Siempre en “La Prensa”… el 3 de enero de 1874, en “Noticias” se lee lo siguiente: “El señor Huergo ha sido reelecto ayer para desempeñar durante el año 1874 el cargo de presidente del directorio del Ferrocarril del Oeste. Ese día, también se lee: “Ha elevado al gobernador de la provincia su renuncia el señor Eduardo Madero, miembro del directorio del Ferrocarril del Oeste. Se funda en razones que dice haber expuesto personalmente al señor ministro deHacienda”.
Transcribimos textualmente algunas publicaciones sobre la inauguración de la estación de Ituzaingó y del remate de las tierras adyacentes.
…En el mismo número del día 3, en la página dos aparece un aviso notable del Ferrocarril del Oeste, un anuncio que reza “El Ferrocarril del Oeste. Inauguración de la Estación Ituzaingó; por disposición del directorio se previene al público que el día 4 de enero tendrá lugar la inauguración de la estación Ituzaingó, dando principio a parar ahí todos los trenes que llegan de Moreno, Lobos y Chivilcoy y viceversa desde dicho día a las…”
No se establece hora, presumiblemente, porque ella estaría librada a la salida y llegada del tren “gratis” anunciado por los rematadores, señores Adolfo Bullrich y Cía.
El domingo 4 de enero de 1874 en la página 2 de La Prensa vuelve a publicarse textualmente el aviso del Ferrocarril transcripto antes, y en la página tres conformado como antedicho, se publicaron en caracteres notables el aviso de Bullrich y Cía., y estos dan en la siguiente hoja los amplios detalles que ya hemos comentado. También el día cuatro, el martillero De la Serna, ya citado antes, anuncia 200 lotes “En la misma cumbre del “Chimborazo”, denominación esta dada por el dueño de las tierras, el señor Silveyra quien creería, con su ingenio, que ese podría ser su nombre ya que por las características era “¡Paraje elevadísimo!” como reza en el aviso. Se vendían además del mismo propietario otros 200 lotes… que quedan a 200 metros de la estación Ituzaingó”. Había pues una clara puja entre los vecinos dueños de tierras más cercanas a la estación que ya era una realidad.
El domingo 11 de enero del mismo año se repitió este último remate por de La Serna, anunciándose por publicaciones en “La Prensa” y “La Nación”… “…con gran almuerzo y tren expreso”… seguía la alegría progresista.
También ese domingo tuvo lugar otra subasta de 600 lotes ubicados al este del trazado del pueblo, rodeando la estación recién inaugurada oficialmente. Actuaron los martilleros Bence y Puig; estos señores anunciaban como “¡2º gran remate de esos 600 loes a 300 y 600 varas de la estación de Ituzaingó, tren expreso de ida y vuelta con gran almuerzo a la llegada que sale de Parque a las 9 hs. Parando en 11 de Setiembre, Flores y Morón. El domingo 18 de enero a las 12 en punto”.
Como cierre de esta transcripción, damos la de un aviso aparecido en La Prensa el día 17, que dice: “¡Fomento territorial! Potosí 74. Estación Ituzaingó. Avisamos al público que somos los únicos encargados de la venta de los terrenos que rodean la misma. Los lotes son de 10 varas por 50. El precio es de 190 pesos la vara de frente, pagaderos en 6 mensualidades con descuento del 9 por ciento. Planos y detalles en nuestros escritorios Potosí 74. Adolfo Bullrich y Co.”. Es decir, que no continuaban los remates de esos terrenos sino en venta particular.
OTRAS NOTICIAS DE MANUEL RODRIGUEZ
A partir de 1874 no tenemos noticias de actividades de Manuel Rodríguez en el pueblo de Santa Rosa (Ituzaingó). Si con anterioridad y posteriormente a esa fecha conocemos su activa participación en tareas vecinales y de beneficencia en Merlo. En 1855 integra la comisión de 15 vecinos que solicitan al Departamento Topográfico la delineación y trazado del pueblito para posibilitar nuevas construcciones. Posteriormente el prefecto Juan Dillon propone el gobierno una comisión a fin de trazar el futuro pueblo con miras a la llegada del Ferrocarril (1858). La integra con otros dos miembros Manuel Rodríguez. La citada comisión designará a Pedro Benoit para realizar el trazado del nuevo Merlo. En 1859 en un documento inédito hallado por Juan Guercio, se relata la acción emprendida por Rodríguez cuando un hijo suyo, Felipe, de salud precaria es despedido de la escuela por un preceptor. El intercambio de notas y la representación que Dillon y Benoit asumen por Rodríguez pintan la fuerte personalidad del biografiado. En 1891 ante el deplorable estado en que se hallaba la Capilla de Merlo solicita a la municipalidad efectuar los arreglos correspondientes, de su propio peculio sin otorgarle gastos a la municipalidad ni a la iglesia. Con fecha 1 de julio de 1891 se dirige al Arzobispo de Buenos Aires Monseñor Uneiros anunciando la finalización de la obra “dándose por cumplida mi promesa en la forma expuesta y llenando una necesidad tan sentida, solo falta dar gracias a Dios por haberme concedido la vida y salud y los medios de llevar a cabo mis deseos”. En agradecimiento que por nota cortesía el Arzobispo se ordena colocar en el nuevo despacho parroquial el retrato de Manuel Rodríguez. La orden no fue cumplida. (Rodríguez Arzua, obra cit.)
LOS ULTIMOS AÑOS
Fue la suya una vida dedicada al trabajo, con ansias de progreso y perfección como se deduce de lo comentado. En 1896 se establece en Buenos Aires en una de sus propiedades de Venezuela 2743 barrio de Once. Su salud sufre deterioros que lo llevan a mudarse a una casa de la calle Colombres que ocupa con la familia de su hijo Felipe también de precaria salud (Camerucci, obra cit.) Era una casa amplia con jardín favorable al trastorno asmático de su hijo que lo acompaña cuidando sus intereses. A comienzos de 1898 su afección ulcerosa en los miembros empeora y es asistido por los sacramentos eucarísticos pierde su habitual lucidez para dejar de existir el 12 de febrero. En su certificado de defunción figura “gangrena senil”. Sus restos descansan en la bóveda familiar encargada por él, en el Cementerio del Oeste. Su esposa, Angela Gutiérrez le sobrevivió falleciendo el 8 de noviembre de 1900.
Manuel Rodríguez Fragio había dejado un prolijo testamento en el que no faltaba partida de fondos para obras de caridad. Curiosamente había testado un dinero para que sus restos fueran llevados a su natal Santiago de Compostela. Dicha voluntad nunca fue cumplida (Camerucci, obra. Cit.)
CONCLUSION
Comenzamos la nota con una pregunta que el relato ha claramente contestado. El debatir si el pueblo fue explícitamente fundado es un recurso vano. En nuestra región el único que ostenta ese mérito es Merlo, fundado con reconocimiento de la corona de España en 1755. Por lo tanto en nuestro criterio, corresponde reconocer a Manuel Eustaquio Rodríguez Fragio (Manuel Rodríguez en los documentos) en mérito de fundador valorando la intención depositada en los documentos presentados.
BIBLIOGRAFIA
Camerucci Agustín, Historia de Ituzaingó, 1984.
Rodríguez Arauz Jacinto, Historia de Merlo, 1951.
Torre Revello José, La Fundación de la Villa de San Antonio del Camino, 1934.
Planos del ingeniero José Romero 1827 y Geodesia de Buenos Aires, 1839.
Testimonio de escrituras consultadas. Compra en 1861 y venta en 1872 y 1874.
Guercio, Alberto Luis. “El pueblo que nació con un plano de acertado diseño”, periódico “La Opinión”.
Guercio, Juan León, “Informe sobre el Cementerio de la Estación Ituzaingó” y otros trabajos. Comisión Honoraria de Estudios Históricos Morón, 1974.
Capece, Aldo, Merlo mío, febrero 2005.
Lopez Mario A. Justo, Historia de los ferrocarriles de la pcia. De Bs. As. (1857-1886) editorial Lumiere.
Díaz Pedro, Historia de Merlo (1536-1864), 1993